El enfado es una emoción normal en todos los seres humanos. Las personas se sienten enfadadas cuando perciben que han sido objeto de un desaire o trato injusto, cuando otros han invadido su terreno personal, cuando se les impide o dificulta la consecución de sus objetivos, cuando se les lleva la contraria, etc. En definitiva, el enfado aparece cuando la persona se siente provocada por algo que percibe como una ofensa humillante para sí, los suyos, o terceras personas. No obstante, si la persona se enfada con cierta facilidad y/o frecuencia, podría ser vulnerable a tener explosiones de ira.
En una explosión de ira la persona reacciona ante la injusticia u ofensa percibidas de forma repentina y violenta. Esta violencia puede manifestarse gritando, insultando, arrojando objetos, golpeando cosas, e incluso, agrediendo físicamente a las personas implicadas. Aunque las personas pueden enfurecerse contra objetos inanimados, situaciones frustrantes, o personas anónimas o con las que se tiene una relación casual, lo más frecuente es que se enfurezcan con las personas más cercanas y con las que más se relacionan, esto es, cónyuges, padres, hijos, compañeros de trabajo o amigos.
Son muy numerosas las consecuencias nocivas de las explosiones de ira. Uno de los costes más frecuentes es el daño que causa a las relaciones personales, y precisamente a las relaciones que tienen más valor para la persona como son la familia y los amigos. Además, la ira puede afectar a la vida laboral, no sólo en cuanto que afecta a las relaciones personales con los compañeros, jefes, clientes o empleados, sino también porque puede bloquear a la persona y limitar su capacidad para tomar decisiones o realizar un buen trabajo. Por último, "la ira fomenta la ira" y puede provocar una respuesta agresiva por parte de los demás, lo cual, puede agravar en gran medida la situación. Por otro lado, la persona puede llegar a perder el control, o ocasionar un accidente (al enfurece con un conductor que acaba de adelantarle a gran velocidad y emprende una carrera alocada para "darle una lección").
Por ejemplo en el caso de agresiones físicas me encontré esta noticia de ira.
Un bebito de tan solo ocho meses de edad salvó milagrosamente su vida luego de que fuera apuñalado en 90 ocasiones con unas tijeras, y lo peor, ¡por su misma madre!
De acuerdo con las investigaciones y con declaraciones de la esquizofrénica mujer, una mordida en su pezón mientras amamantaba al pequeño fue la causa de tan desmesurada e irracional reacción.
El pequeño identificado como Xiao Bao, resultó con varias heridas por esta agresión, principalmente en la cara y en parte del torax, por lo que requirió de al menos 100 puntos de sutura después del incidente ocurrido en Jiangsu, Chin.
El bebé fue encontrado por uno de sus tíos en el patio de su casa en medio de un charco de sangre, por lo que fue llevado inmediatamente a un hospital para ser atendido.
Vecinos del lugar solicitaron al gobierno que se llevara al bebé lejos de su madre, para que pueda estar a salvo, aunque las autoridades han dicho que no lo harán.
Según las autoridades locales, no existe confirmación de que la mujer padezca una enfermedad mental y, además, el pequeño cuenta con otros dos guardianes, los dos tíos con los que también vive.
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